dissabte, 24 de gener del 2009

Después del café


No me importa reconocer que, después de todo,
escribo incoherencias que pocos afortunados entienden,

pero ésta es la manera que tengo de esconderme

según estoy confesando, ahora.

No me pidáis más tiempo que no dispongo de mucho, pues ya invertí la mitad de mi eternidad en esos cuentos que quitan las ganas de dormir, pero la verdad es que, probablemente, volvería a entregar los cincuenta años que me quedan de vida -tirando a la alza y un infortuito suceso no me lo impide- a ese que contamina cualquier bello paisaje natural.

1 comentari:

Anònim ha dit...

uy q desfasado estaba! este no lo habia visto (L)